atropellados los pasos que retumban
alto
en el tiempo
en el cielo
en la terraza
eran gatos en celo
gatos cebados
me sugiere el ventrílocuo cientifiquero
que me habita
y me dispersa
yo creía en espíritus y magias
acorralados en intersticios de cemento
y de miedo
creía en fuegos que
son fuegos
y en la deriva de estrellas hacia
páginas afables
y en el secreto confiado
por dioses persas
cuando escuchaba de a ratos
pasos altos de gatos galácticos
enfiebrados por amores crisálidas
tempestuosos y rutilantes
me tapaba hasta la barba y rezaba
feroces padres nuestros
convocaba marías
y aves secuaces
de alas hieráticas de ritmo elegante
figuritas rosas para que conjuraran
tanto hechizo y tanto verso
ahora pongo el punto donde corresponde
medito sombrío adornos y wittgesteines
tanto hechizo y tanto verso
Me gusta que lo nombres, ¿sabes?
ResponderEliminarEl día de la conferencia en la embajada tuve un pensamiento similar. Estaban hablando estas dos chicas y durante un momento pensé "esto es un diálogo de sordas, esgrima, sólo quieren exhibir lo 'académicas' que son".
Ésa es la acitud. Además, los adornos y wittgesteines, cuando se los recuerda, vienen después, cuando uno critica. En el momento de escribir se piensa en otras cosas que no tienen nada que ver con ellos. Y eso importa más.